El Obispo Alcides Lorenzana fue nombrado como Supervisor Nacional de Guatemala durante la 100a. Asamblea Internacional celebrada en el 2018.

Es oriundo de Jutiapa. Está casado con Ergida Roca y tiene 2 hermosas hijas: Dinora y Merary.

BIOGRAFÍA DEL OBISPO ALCIDES LORENZANA

Alcides Lorenzana: Nació el 15 de diciembre de 1963 en Aldea Pipiltepeque, Jutiapa. Sus padres aceptaron a Cristo, en la Iglesia de Dios de la Profecía cuando era un niño sin uso de razón. Aceptó al Señor Jesucristo de 11 años de edad. Fue bautizado en agua a la edad de 13 años y añadido a la membresía de la Iglesia en Aldea Los Josefinos, La Libertad, Petén.

Dios lo llamó a pastorear desde que era adolescente, pero fue hasta el 7 de febrero de 1983 le dieron la despedida de la Iglesia en San. Martín, Chiquimulía, Santa Rosa de donde era miembro, para ir a recibir la iglesia en Aldea Arizona, Puerto San José, Escuintla. Ese día, el pastor Ovidio Sánchez, lo llevó a dar posición en dicha iglesia donde predicó un mensaje de la Palabra de Dios.

Dos años pastoreó esa congregación y posteriormente fue trasladado a las Aldeas Llano Grande y El Cimarrón, en Pachalum Quiché, el día 6 de febrero de 1985. Dios le concedió levantar un campo en el municipio de Pachalum hasta ver la obra bastante florecida. Adjunto a nuestros hermanos de las iglesias de ese sector, levantaron varios campos de los cuales ahora son iglesias organizadas.

Posteriormente fue trasladado a la Iglesia en el Centro de Pachalum donde pastoreó mas de 29 años. Supervisó el distrito de Pachalum y luego supervisó el Departamento de Quiché.

En la 100a. Asamblea Internacional fue nombrado como Supervisor Nacional el día domingo 22 de julio del año 2018 en Chatanooga, Tennesse, Estados Unidos.

La Iglesia en Pachalum la entregué el domingo 12/de agosto/2018. Dios me permitió ser pastor durante 35 años y medio con 5 días.

Me casó a la edad de 21 años con hermana Ergida Roca Soto de Pachalum, con quien procrearon dos hijas: Dinora Lisbet y Leslin Merari.

Son una familia muy feliz sirviendo a Cristo. Ama a Cristo y a su Iglesia con todo su corazón y está dispuesto a servir en el lugar y posición que Él crea que le es útil.

“DOY GRACIAS AL QUE ME FORTALECIÓ, A CRISTO JESÚS NUESTRO SEÑOR, PORQUE ME TUVO POR FIEL, PONIÉNDOME EN EL MINISTERIO.”
(1 Timoteo 1:12)